LA VIDA ES PURA EMOCIÓN

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La vida, miremos por donde la miremos, es pura emoción

La vida, miremos por donde la miremos, es pura emoción. Nuestros días están impregnados de emociones. Según sintamos o nos sintamos, consideraremos mejores o peores nuestros días. Y así, será cómo nos desenvolvamos por este mundo lleno de situaciones, acontecimientos y circunstancias.

Por lo que cuán importante es educarnos emocionalmente desde la cuna.

La inteligencia emocional se va desarrollando en el núcleo familiar desde el nacimiento del niño. Será a través de la interacción con el adulto lo que le haga ir descubriendo aquello que le hace sentir bien y lo que le incomoda a través de las caricias, los abrazos, las miradas y los tonos de voz.

Cuando nos referimos a un bebé su comunicación será no verbal y manifestará sus emociones a través de la sonrisa o del llanto. Pero conforme va creciendo y comienza a hablar es fundamental enseñarle a expresar y manifestar todo lo que va sintiendo.

Es habitual escuchar a adultos decir: “es que no sé qué me pasa” o “no sé explicar cómo me siento” e incluso adultos que no manifiestan de ninguna manera lo que sienten y no saben cómo gestionar sus emociones.

Para evitar esto y que nuestros infantes crezcan siendo adultos sanos emocionalmente y con un cerebro equilibrado mentalmente, debemos enseñarles a identificar sus emociones, que sepan qué están sintiendo ante determinadas situaciones, que aprendan a controlar lo que sienten y que puedan expresar lo que guardan en su interior. Sería maravilloso que cuando nuestros infantes se conviertan en adultos podamos escuchar respuestas con un matiz más profundo al preguntarles cómo se sienten: Me siento decepcionado por…, indignado debido a…, entusiasmado gracias a…, enamorado por… y no se limiten a respuestas simples como me siento bien o mal.

Así conseguiremos que los infantes tengan una actitud positiva ante la vida, puedan mejorar sus habilidades sociales, se sientan aceptados y queridos, sean personas empáticas y hagan posible una mejor vida en sociedad.

Según Pablo Fernández-Berrocal, psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Málaga, si educamos emocionalmente desde edades tempranas podemos ver resultados entre tres y seis meses. Conforme más avancemos en edad los resultados se verán a más largo plazo.

Es por esto por lo que, además de la familia, la escuela también debe tener muy presente la educación emocional desde la etapa de infantil. Por suerte, cada día son más centros escolares en los que las emociones cobran protagonismo.

En primer lugar, es importante que el docente tenga adquiridas aptitudes emocionales sanas para así poder ser un buen transmisor emocional para con su alumnado. El estado emocional del aula va a depender siempre del docente. Si llega al aula con una sonrisa contagiará emoción a cada paso.

Marco Lacoboni, reconocido neurocientífico americano, nos habla de las neuronas espejo como responsables de los comportamientos emocionales. Afirma que aquellos infantes que son muy observadores e imitan las expresiones faciales del adulto, activan más sus neuronas generando un gran nivel de empatía.

Si aplicamos esto al aula y el docente trasmite alegría con su sonrisa, el alumno imitará internamente esa sonrisa y esto activará las ganas de aprender y por ende los aprendizajes serán más significativos.

En definitiva, el aprendizaje emocional va a ir determinado por la observación e imitación de las conductas de las personas que nos rodean.

Por esto, el docente debe mostrar entusiasmo, optimismo, ser comprensivo y acompañar al alumnado.

Como dice el neurocientífico, médico y docente Francisco Mora, “El cerebro solo aprende si hay emoción”.

Las aulas están impregnadas de emociones y será el docente quien cuide cada instante por insignificante que nos pueda parecer ya que puede que ese instante sea el más importante del día para un alumno.

Desde el aula podemos trabajar las emociones a través de diferentes recursos y podemos encontrar en internet diversas guías que nos pueden ayudar e inspirar.

A continuación, hago referencia a varios recursos que personalmente he llevado a cabo en el aula con mi alumnado y con los que he obtenido muy buenos resultados:

  1. Cin-emoción: El proyecto Cin-emoción es un proyecto para trabajar las emociones a través del cine en la etapa de educación infantil. El alumnado protagonizará las historias y a través del juego desempeñará el rol de actor o actriz.
https://elblogdelauravela.blogspot.com/2021/08/cin-emocion.html
  • El escalón mágico: El escalón mágico es un excelente recurso para trabajar la oratoria en infantil.

Un recurso que ayudará a nuestro alumnado en su comunicación oral y con el que podrán expresar sus emociones, cómo se sienten, contar sus cuentos favoritos, sentirse protagonistas, decir cuáles son sus superpoderes, decir qué ha sido lo que más le ha gustado del día en la escuela, cantar sus canciones favoritas, explicar el tiempo que hace, hablar sobre su nuevo hermanito y todo lo que se nos ocurra.

https://elblogdelauravela.blogspot.com/2021/08/el-escalon-magico.html

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