Cultura y Educación en la formación del sujeto pedagógico
En esta oportunidad creemos fundamental desarrollar el tema: la cultura y educación en la formación del sujeto pedagógico, teniendo en cuenta que la educación es la transmisión intencional de una cultura a un sujeto pedagógico, transmisión de saberes, información y valores en un marco de una cultura, esto lo hemos sostenido desde un principio.
Hemos dicho desde un principio que la educación es la transmisión intencional de una cultura a un sujeto pedagógico, transmisión de saberes, información y valores en un marco de una cultura
La educación es plural, no es neutral, hay que formar un sujeto pedagógico en un ámbito cultural. La cultura es el conjunto de elementos materiales y espirituales de un pueblo, de una comunidad. La sociedad, sin embargo, es la construcción, el resultado de un pacto que tiene un fin inmediato. La comunidad es el resultado del nosotros, la sociedad es el resultado de las cosas, del objeto, es un concepto cuantitativo.
Para nosotros, no existe la educación sin la persona. Ahora, esa persona viene del griego etimológicamente, “ser como rostro”. La persona es un ser psico – biológico – espiritual, un ser histórico, viene de una historia, un ser cultural, está en un ámbito cultural, es un ser situado en tiempo y espacio, por lo tanto, la educación tiene que tener la potencia estratégica de unir la dimensión histórica en conjunto con la dimensión cultural con los desafíos de las insertezas de la realidad presente para lograr las herramientas para que ese sujeto pedagógico sea un ser constructor y transformador de la realidad.
No se puede entender la educación sin un profesional llamado “docente”. Por eso el docente debe pasar a una licenciatura, erradicar todo tipos de cursos, cursillos, que muchas veces son partes de las malas costumbres de nuestro sistema educativo, en algunas provincias más, en otras menos, cursos sin sentido y por el otro lado entender que nuestra cultura es cultura que nos da América latina, el mestizaje del 12 de octubre entre el indígena que vino de África, Asia, no era originario, el aborigen, el ibérico, es español, portugués y luego el afro-negro, los esclavos, las mezclas que se hacen, zambos, mulatos y posteriormente en el siglo XX, la inmigración siria, turca, libanesa, ucraniana, polaca.
Somos un crisol de culturas, la Argentina es un crisol de culturas, es lo que nos distingue de otras realidades y en ese crisol de culturas, la dimensión humana, la solidaridad, el humanismo, el vecino, la familia, el ser sobre el tener y las personas por sobre las cosas.
Esta dimensión de nuestros etos culturales, esto implica de nuestra moral, de nuestras costumbres que hoy está en crisis ante una cada vez mas fuerte individualismo. La escuela debe ser el ámbito de socialización, pero al mismo tiempo con las herramientas técnicas de las nuevas tecnologías para que podamos brindar respuestas a los desafíos de la época. El currículo debe ser un reflejo de ello, tanto el currículo oficial como el oculto.
Es un momento que no podemos desconocer en que la escuela como institución está en crisis, el barrio, donde hay varios barrios simultáneamente en un barrio, esta en crisis el sentido de la vecindad, el sentido del nosotros, pero que sin embargo a pesar de todo, ese nosotros, ese vecino, esa solidaridad está latente en cada uno de nosotros y en donde mejor se refleja eso es la escuela.
Por eso, la escuela sigue siendo, a pesar de la crisis, el ámbito de nivelación social que debe aspirar la Argentina, el guardapolvo blanco sigue dando mucho que hablar.
Dr. Miguel Ángel Barrios
Profesor de Historia, Magister en Sociología, Magister en Educación, Doctor en Educación, Doctor en Ciencia Política-Universidad del Salvador-Bs. As.
