¿Por qué es importante educar en la gratitud?
Educar en la gratitud debe ser una prioridad
Sin duda alguna el tema de la “Gratitud” es necesario y urgente de asumir desde los contextos de la familia y la escuela como espacios para la vivencia a través del ejemplo. En el núcleo familiar porque es donde se inicia la formación en valores, la transmisión de costumbres y tradiciones y en la escuela como espacio para la práctica de los valores porque también es importante la figura del maestro para dar seguimiento a la formación en el hogar.
Según la RAE la gratitud es el sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer y a corresponderle de alguna manera.
Para Bono, Emmons &McCullough (2004) citados por Cuello (2010) la gratitud es una emoción que surge a partir de la percepción de que otra persona ha tenido la intención de promover nuestro bienestar personal, mediante un regalo, una ayuda o un beneficio.
Lazarus & Lazarus (1994) consideran tres aspectos fundamentales, el reconocimiento de que alguien ha tenido la intención de beneficiarnos, la apreciación expresada en agradecimiento y la necesidad de retribuir el beneficio.
Dado que la gratitud aumenta la actitud positiva, el bienestar personal, la satisfacción con la vida, inhibe los comportamientos hostiles y juega un rol prosocial, nos atrevemos a asegurar que la gratitud es una cualidad que se puede aprender y reforzar a lo largo de la vida con la práctica en todos los contextos sociales.
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El maestro José María Toro afirma que quien agradece muestra su grandeza y considera 4 pilares del arte de agradecer:
- Reconocimiento a la labor
- Aprecio sin precio
- Veneración: reverencia desde el corazón
- Respeto a los espacios de cada uno.
La práctica de la gratitud nos acerca a la autorrealización con la fuerza y energía de la ternura. Es así como surge el circuito de la generosidad, es decir, el dar y recibir, la acción y el movimiento.
La gratitud como virtud focaliza la bondad y nos permite conectar con nuestro corazón y el de los demás.
Lo que nos compete en esta ocasión es reflexionar en el cómo podemos crear un ambiente que anime a los niños y niñas a desarrollar la gratitud por medio de estrategias para lograr que valoren y aprecien lo que tienen y reciben cada día.
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La gratitud es un rasgo de la personalidad que nos permite apreciar lo positivo de la vida, fomentar la amabilidad, crear relaciones de apoyo, creer que tenemos algo importante para ofrecer a los demás, identificar un sentido y un por qué de las cosas.
El ambiente que anime a nuestros niños y niñas a aprender y reforzar su práctica debe estar conformado por ejemplos congruentes del adulto significativo para apreciar lo que se tiene y cultivar las relaciones personales y a través de estrategias de gratitud activa como:
- Proponerse una meta diaria de gratitud y comprometerse para lograrla con esfuerzo diario.
- Anotar cada día por la noche al menos un motivo para agradecer
- Reflexionar sobre las acciones positivas que les suceden y en las personas que las provocan.
- Propiciar conversaciones reflexivas sobre quién les apoya y por qué.
- Identificar las relaciones interpersonales.
- Crear un ambiente de colaboración y agradecer el apoyo recibido.
- Animarlos a ayudar a los demás, poniendo al servicio de la humanidad sus talentos.
- Familia y escuela seamos ejemplo congruente de gratitud, expresemos la gratitud por medio de palabras de forma oral o escrita, con actos o detalles sencillos.
- Facilitar a los niños y niñas situaciones para practicar el arte de la generosidad.
- Reforzar las relaciones con los que les rodean agradeciendo con regularidad, siendo serviciales y generosos.
- Realizar actividades de aprendizaje servicio que promuevan el objetivo común de beneficiar a una comunidad.
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Conclusiones:
- Educar en la gratitud debe ser una prioridad.
- A través de este ambiente cuya práctica debe ser frecuente se consigue que ésta sea densa ya que se amplía poco a poco el espectro de agradecimiento.
- La práctica de la gratitud les ayuda a controlar emociones resolviendo problemas con calma, dando nombre a los sentimientos reemplazando los negativos por positivos.
- Beneficia la tolerancia a la frustración al procurar estar en sintonía y mantener una actitud serena.
- Nuestros niños y niñas aprenden a valorar y a apreciar lo que reciben, son más pacientes, tolerantes, respetan, son empáticos, generosos, optimistas, positivos y bondadosos.
- Favorece las dimensiones del desarrollo personal: física, mental, socioemocional y espiritual.
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Referencias:
https://dle.rae.es/gratitud
https://www.aacademica.org/000-031/13
![MARIA ESPERANZA LOPEZ DOMINGUEZ](https://politicayeducacion.com/wp-content/uploads/2019/10/MARIA-ESPERANZA-LOPEZ-DOMINGUEZ.jpg)
MARÍA ESPERANZA LÓPEZ DOMÍNGUEZ
Master en Administración y Gestión de Instituciones Educativas en México, Licenciada en
Educación Preescolar.
Docente de preescolar y Directora Académica de los niveles
Estancia Infantil, Educación Inicial, Preescolar y Primaria.