JOSÉ VASCONCELOS, maestro de la juventud de América!!!

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Símbolo de las letras y la educación de México, e Iberoamérica, alguien que contribuyó definitivamente por una causa, la lucha por la Patria Grande. Un filósofo, político, educador y literato que ha sido considerado, por algunos, un profeta incomprendido y, por otros, el maestro de América. Imaginativo, visionario y enérgico, José Vasconcelos -1882  Oaxaca -.

Vasconcelos unió su pensamiento a la acción. La búsqueda de esa adecuación de su vida a su pensamiento político lo llevó de lleno a la lucha revolucionaria. La lucha de Vasconcelos estuvo entrelazada con su labor educativa. Ma. del Carmen Bernal González, señala que  la teoría pedagógica de José Vasconcelos, atiende al ser del hombre en toda su integralidad: dando a la educación intelectual su radical importancia, se extiende a las dimensiones física, ética y estética que conforman la personalidad humana.

Del ambicioso proyecto vasconceliano, Bernal enfatiza dos aspectos particularmente rescatables para la educación del siglo XXI: su teoría pedagógica y su propuesta de educación estética. Con estas herramientas, integradas en un discurso original, fundado sobre una filosofía abierta, Vasconcelos encabezó, en su momento, la campaña más importante que haya tenido la cultura mexicana. Con él, la revolución socio-política vino a fecundar los terrenos de la educación; o mejor dicho, con Vasconcelos —y el Ateneo de la Juventud—, la revolución cultural se anticipó, con fertilidad manifiesta, a la revolución armada. Inteligente, culto y trabajador incansable, el autor de La raza cósmica, se propuso despertar la conciencia de una cultura nacional asentada sobre la raza, el idioma y la tradición. La norma de esa cultura debía ser la realización de los más altos y universales valores del espíritu: Por mi raza hablará el espíritu, según postula el lema que acuñó para el escudo de la Universidad de México.

Difundir la cultura en todos los rincones de su país, constituyó el punto de partida de la política educativa del periodo de reconstrucción nacional que inició el presidente Álvaro Obregón en 1920, quien responsabilizó a José Vasconcelos de la tarea educativa nacional. En ese año fue nombrado rector de la Univ. Nacional de México. Invitó a salir junto a él a la lucha, a compartir las responsabilidades y los esfuerzos, le pidió a la universidad que trabaje por el pueblo. Asimismo en esa época también ocupó el cargo de ministro de Educación Pública, organismo que él mismo planeó y por cuya implementación luchó.

Puso las bases para la educación en México. Su tarea alfabetizadora fue monumental; los resultados, bastante esperanzadores. Creó las famosas misiones culturales. Cada grupo de misioneros se componía de un jefe, un trabajador social, experto en higiene, cuidados infantiles y primeros auxilios; un instructor de educación física; un maestro de música; un especialista en artes manuales instruido para aprovechar en lo posible los recursos de cada región y un especialista en organización de escuelas y métodos de enseñanza, cuya principal tarea era la coordinación de los recursos académicos con la agricultura y las industrias manuales. De esta manera se preparaba completamente a aquellos hombres y mujeres para su futuro trabajo.

Educar [escribió José Vasconcelos en una conferencia dictada en el Continental Memorial Hall de Washington], es preparar al individuo para determinado propósito social. Los hombres han sido educados para ser buenos frailes, buenos artesanos, y últimamente para ser buenos ciudadanos; unas veces son las condiciones sociales, otras, la escuela, pero siempre encontramos que el propósito de la educación es modelar a los hombres para el desempeño de una función social.

Los objetivos del modelo  de Vasconcelos fueron claros, la educación debía ser función exclusiva del Estado, laica, gratuita y obligatoria. Para él, el crecimiento y progreso nacional se basaba en la revolución educativa del pueblo. Sólo a través de la educación de las masas es como se podía llegar a la transformación de “nuevos ciudadanos”. Por ello, la prioridad de crear escuelas rurales, primarias y técnicas. Además de emprender una cruzada contra la ignorancia y el analfabetismo a favor de la educación indígena.

Dividió la secretaría en tres grandes departamentos que abarcaban todos los institutos de cultura: escuela, bibliotecas y Bellas Artes. El primero comprendió la enseñanza científica y técnica tanto teórica como práctica. El segundo fue un complemento de la campaña de alfabetización  y del primer departamento. El último ofrecía canto, dibujo y gimnasia dentro de las escuelas a cargo de la antigua Academia de Bellas Artes, el Museo Nacional y los Conservatorios de Música.

La organización de la secretaria permitió la creación de nuevas escuelas que contenía bibliotecas, estadios para deportes, coros en el centro, salones de clases y talleres en departamentos laterales. Fundó numerosas escuelas industriales, técnicas y agrícolas como el Instituto Tecnológico de México y la Escuela de Ciencias Químicas.  

Entendió la necesidad de una visión liberalizadora de educación para el individuo. En consecuencia, se  insertó a todos los indígenas a la nación, sin discriminarlos, y su inclusión sólo se lograría a través de la educación. Su deseo era hacerlos mexicanos.  

El pensamiento político y educacional de Vasconcelos se enmarca en dos robustas corrientes continentales. La primera, con el sello de Domingo Faustino Sarmiento, se inscribe en la lucha entre civilización y barbarie librada durante todo el siglo XIX. La segunda, con la marca de José Martí, se vincula a la tradición anti-estadounidense que sucede a la declaración Monroe en 1823, y que adquirirá consistencia a fines del mismo siglo. 

Al igual que como sostuvo Pedro Henríquez Ureña para Vasconcelos la barbarie debía ser combatida con ejércitos de maestros antes que de militares, pues, antes que lanzarse a defender nada había que preocuparse de formar aquello que se debía defender, había que edificar al espíritu.

En la labor que llevó a cabo figuraron los grandes objetivos de la educación en México: lucha contra el analfabetismo, extensión de la escuela rural, difusión de bibliotecas públicas, ediciones populares de los grandes clásicos de todos los tiempos. Y todos ellos, con un reconocimiento permanente a la función jerarquizadora del docente en la comunidad.

La esencia de su proyecto pedagógico consistió en desarrollar y promover, mediante la educación, un concepto de identidad cultural mexicana mediante la identificación de su propia cultura, de los símbolos y signos que posee la historia mexicana (por ejemplo, las tradiciones y los monumentos nacionales); educación cuya expresión deba darse a través del desarrollo de la sensibilidad estética y el cultivo de las manifestaciones artísticas. Vasconcelos —señala Bernal— desarrolla la capacidad de expresión artística y fomenta la unidad con la propia estirpe mediante el lenguaje, la tradición, el sentimiento y el gusto; de ahí el fomento de las artes y lo cotidiano. En definitiva, pretende que los mexicanos aprendan a vivir con más creatividad, fascinación, unión y alegría.

Su espíritu iberoamericano quedó reflejado en su propuesta al Consejo Universitario, en abril de 1921, del escudo que la UNAM luce hasta la fecha, donde plasmó su convicción de fundir la cultura de su propia Nación con la Patria Grande. La leyenda que propuso fue: “Por mi Raza Hablará el Espíritu“. Al respecto citó: “Yo no vengo a trabajar por la Universidad, sino a pedir a la Universidad que trabaje por el pueblo”.

De 1933 a 1935 se exilió en Argentina, participando de la vida literaria local, y escribiendo asiduamente en el diario Crítica, teniendo fuerte contactos políticos con el socialismo local y la UCR.

Para concluir resaltamos  que los valores educativos propuestos por Vasconcelos  siguen con vida, la perspectiva del tiempo, la memoria histórica y la audacia de los profesionales de la educación seguirán ayudando a descubrir la grandeza de este personaje que tanto ha hecho por la educación mexicana. Vasconcelos ha sido un pedagogo mexicano para los mexicanos, ahí radica su singularidad y creatividad. Su mejor legado fue dejar por escrito y en obras tangibles que la educación es el mejor patrimonio de la civilización.

“La ignorancia y la pobreza son nuestros peores enemigos y a nosotros nos toca resolver el problema de la ignorancia…En estos momentos yo no vengo a trabajar por la Universidad sino pedir a la Universidad que trabaje para el pueblo. El pueblo ha estado sosteniendo a la Universidad y ahora es menester trabajar para el pueblo…Ojalá que esta Universidad pueda alcanzar la gloria de ser la iniciadora de esta enorme obra de redención nacional”. (José Vasconcelos. El pensamiento pedagógico. Ediciones de María Justino Saravia Viejo. Ediciones de Cultura Hispánica, Madrid, p. 107).

Daniel A. Traverso

Daniel A. Traverso

Docente y Columnista

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FUENTES:

Barrios, Miguel Ángel. “El latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte, Biblos, BsAs, 2007

La Teoría Pedagógica de José Vasconcelos. Ma. del Carmen Bernal González México., Trillas, 2005.

Universidad Pedagógica Nacional –MÉXICO-

José Vasconcelos: el maestro mexicano de la juventud de América.  Pablo Adrián Vázquez

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