“FAMILIA Y ESCUELA, ¿EN QUÉ DEBEMOS ENFOCAR NUESTRO PROCESO EDUCATIVO?”
Ante el gran reto que estamos viviendo derivado de la pandemia cuyas consecuencias en salud, economía, educación, política y social nos han rebasado pues no estábamos preparados para enfrentarla, consideramos que es urgente la colaboración entre los sectores que conforman la sociedad para comprender nuestra realidad como humanidad y darle solución a las necesidades más apremiantes, por lo tanto proponemos que tanto la familia como la escuela debemos enfocar nuestro educativo en aspectos como:
- Aceptar la situación derivada de la pandemia como una oportunidad que nos obliga a adaptarnos, ser creativos y echar mano de los recursos a nuestro alcance; ser solidarios con quienes nos necesitan a través de la colaboración mutua.
- Reflexionar y repensar nuestro rol en ambos contextos, configurar ambientes diversos para el aprendizaje, promover la vivencia a través de los sentidos para que nuestros estudiantes de apropien del conocimiento.
- Hoy más que nunca es primordial innovar en educación debemos investigar cómo aprende el cerebro, reflexionar y llevar a la práctica nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje que involucren la participación activa de las familias. Compartir experiencias, proyectos y prácticas innovadoras como comunidad educativa que dé seguimiento entre una etapa y otra.
- Fortalecer el proceso de formación desde la triada Estudiante-Familia-Escuela en la educación emocional que promueva una conexión social y permita el ejercicio de percibir nuestras emociones y darles un nombre, comprender, valorar, gestionar y regular con la confianza de podernos equivocar y aprender el error. Construir experiencias emocionales como propone Feldman (2017) al referirse a la granularidad emocional para que nuestro cerebro combine conceptos, forme otros nuevos y éstos dirijan nuestras predicciones para regular nuestro presupuesto corporal que determina el cómo nos sentimos.
- Partir de las necesidades integrales de aprendizaje de nuestros niños y niñas, sus intereses, habilidades, sentimientos, motivación y no de un currículo; atender y respetar su ritmo individual; orientar y apoyar en el uso de herramientas digitales, así como en el tema de las finanzas personales.
- Darle un nuevo significado a la evaluación cuyo análisis y reflexión nos brinde una oportunidad de fortalecer y consolidar aprendizajes. Informar a la familia y estudiantes las metas educativas que la escuela pretende alcanzar al invitarlos a colaborar y unir esfuerzos, por ello es importante brindarles espacios de formación y motivar su participación respetando sus tiempos y responsabilidades personales y laborales.
- El desarrollo de la conciencia ambiental a través de la vivencia, del sentir y del ejemplo coherente.
- Educar con disciplina positiva, crear espacios que fomenten la confianza en ambos contextos, donde nuestros niños y niñas se sientan aceptados y respetados.
- Familia y escuela debemos unir esfuerzos para formar una generación fuerte capaz de enfrentar situaciones difíciles, fortaleciendo su desarrollo integral en un marco de convivencia sana basada en el respeto, la tolerancia y la libertad de expresión entre otros valores.
- Familia y escuela debemos educar con congruencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Seamos ese adulto referente que observa, cuestiona, investiga y reflexiona la realidad para aportar y trascender en la vida dejando una huella amorosa en el corazón de quienes nos rodean.
- Familia y escuela juntos desarrollemos competencias para la vida!!!

MARÍA ESPERANZA LÓPEZ DOMÍNGUEZ
Master en Administración y Gestión de Instituciones Educativas en México, Licenciada en
Educación Preescolar.
Docente de preescolar y Directora Académica de los niveles
Estancia Infantil, Educación Inicial, Preescolar y Primaria.
Referencias bibliográficas:
- Bisquerra, R. (2016). “10 ideas clave. Educación emocional”.Ed.Grao: Barcelona
- Feldman, L. (2017). “La vida secreta del cerebro: Cómo se construyen las emociones” Ed. Paidos: Buenos Aires