La idea de estas clases ha sido mostrarles lo que pretendemos, desde donde ver la educación como política pública, teniendo en cuenta de que es la arista, en mi opinión, es la más importante y de la que menos se habla.
Cuando hablamos del sujeto pedagógico, también es primordial referirnos a las habilidades. Pienso que estas tienen que ver con el mundo dinámico de las incertezas. Estas incertidumbres en un mundo donde las incertezas predominan sobre las certezas.
Pero sin ninguna duda pienso que la formación humanista sigue siendo tan importante como siempre, porque esta formación te brinda la intercomprensión, desde donde uno está ubicado para interpretar y ver un mundo global, pero que al mismo tiempo es grande y pequeño. Esto exige pensar en nuevas materias y mantener las clásicas, historia, geografía, una geografía política, interactiva vinculada a con las tecnologías y a los medios de comunicación.
Las materias vinculadas a las matemáticas, lógica, a la física, siguen siendo fundamentales en la formación y en la comprensión de lo que hace al razonamiento de las ciencias duras, en un momento en que estas ciencias son esenciales en la misma dimensión que las Ciencias Sociales.
La formación física nos parece importante destacar, vinculada a la salud, higiene, biología, alimentación. Es un problema que requiere revisar una nueva formación en todos los profesorados, el deporte es integral, no está emparentado a una cuestión estética, es una cuestión educativa relacionada a la salud.
Los valores son el eje central, la solidaridad, el respeto a nuestros mayores, a las pequeñas cosas, a los lugares, a los paisajes, a los elementos que hacen al quehacer cultural y a las pequeñas cuestiones que hacen a la cotidianeidad. La escuela debe vincularse a lo cotidiano.
El docente, veo que está comprometido, tengo fe en el docente, soy docente, pero somos hijos de proyectos. El docente por sí solo, sin un proyecto de Estado, no sirve. Tenemos que pensar en un proyecto de una Universidad Pedagógica Nacional, unificar los planes de estudios de los profesorados, darle una salida universitaria al docente, amigar a los institutos de formación docente con las universidades.
Los sindicatos deben brindar una propuesta más diversificada, más allá de la lucha salarial. Hay que acercar a la familia, al municipio a las escuelas, retomar la alianza: Estado – Comunidad – Escuela. En ese contexto, la comunidad educativa florecerá por sí misma y un jardín aparentemente viejo renacerán más florecientes, la esencia, la savia que le darán vida a nuestros pueblos en la historia.
Dr. Miguel Ángel Barrios
Profesor de Historia, Magister en Sociología, Magister en Educación, Doctor en Educación, Doctor en Ciencia Política-Universidad del Salvador-Bs. As.
