Cercana al vuelo de los cóndores

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Cercana al vuelo de los cóndores.

En el azul de un cielo de puna. En el desafío cotidiano de las distancias:

Flamea impetuosa la BANDERA ARGENTINA.

Escuela 4526 – EL ROSAL- Salta Argentina.

Política y Educación estuvo en contacto con Aldo, director de una escuelita salteña, ubicada en el paraje El Rosal, enclavado en la Quebrada del Toro, Departamento Rosario de Lerma, a 3360 m. sobre el nivel del mar. Dista a 130 km de la ciudad de Salta.

Nos ha comentado, que su tarea la realiza acompañado por tres docentes de grado y tres maestros especiales en las áreas de educación física, inglés y música. Ellos trabajan una semana cada uno y luego van rotando en  otras dos escuelas, es decir, siempre hay un profesor en estas áreas en la semana.

El trabajo que llevan a cabo habitualmente: en el turno mañana dan las clases como en cualquier escuela, las tareas curriculares, luego del almuerzo la jornada se extiende, donde los alumnos  realizan programas en la radio escolar, en el vivero y en la práctica de tejido artesanal en telares, donde una madre les enseña.

130 habitantes, dispersos en un radio de acción que, para recorrerlo caminando de un extremo al otro, son necesarias 3 horas a pie por sendas pedregosas y de espinas duras, conforman la comunidad de “El Rosal” . El aislamiento nos define, tanto dentro de nuestra propia comunidad como fuera de ella, ya que el  poblado más cercano, Campo Quijano, con 10.000 habitantes, se encuentra a 100 km.

Ante nuestra consulta, nos relata como es el lugar, “las casitas son precarias; paredes de adobe y  techos de barro con cortadera (una planta típica de la región que se destaca por la enorme consistencia de sus hojas). Los servicios básicos de agua, gas y transporte son inexistentes. Casi todos se dedican al pastoreo  de cabras y ovejas; en el verano hacen cultivo, en pequeña escala, de habas y arvejas. Otros son artesanos“.

Él llegó a El Rosal en 1995, luego de haber trabajado como maestro durante nueve años en otras escuelas primarias de la provincia. Cuando ingresó como docente, la construcción de la escuela no estaba terminada. Contaba con una sola clase, una pequeña vivienda para el docente que también servía como depósito, y no tenía luz.

Además, no había un director designado, por lo que él tuvo que asumir el cargo con 33 años. “Iba a ser algo temporal, pero cuando vi el estado de la escuela y todos los problemas que tenía, me quedé para dar una mano. Fue todo un desafío, sobre todo al principio, porque al quedar en un lugar tan aislado todo cuesta el doble”, nos relató. Desde entonces, se empeñó en buscar diferentes y creativas soluciones a los problemas de la escuela.

            Durante los primeros tres años, Aldo tomaba todos los domingos un colectivo en Salta capital que lo dejaba a las once de la noche en un paraje cercano llamado El Alfarcito. Luego tenía que caminar 30 kilómetros durante nueve horas hasta la escuela. “Llegaba a las ocho de la mañana del lunes.

Era la única forma en ese momento, sino los chicos se perdían un día de clases”, aclara. Actualmente, viaja en auto y vive de lunes a viernes en el albergue junto a su esposa Patricia, también docente en la escuela, y otra maestra.

La vida no es fácil. A cada instante es preciso superar las barreras que levantan las distancias, el clima y las condiciones del suelo. Bajo esta premisa no sorprende, por ejemplo, ver pobladores con sus burritos, hasta hace poco tiempo, esperando a orillas de la ruta  por las proveedurías que vienen desde los centros poblados. Las mismas son transportadas, por este medio que nos remite a tiempos primitivos, hasta sus viviendas. Actualmente las motos fueron reemplazando a los animales en el transporte de los habitantes.

Aldo nos manifiesta que desde la escuela asumen un compromiso directo con el medio ambiente y la comunidad donde se desenvuelven. Intentando siempre generar un cambio que logre impactar favorablemente en  la calidad de vida  del lugareño, cuyo futuro reside inequívocamente en los niños, es el objetivo a largo plazo de la enseñanza impartida.

Para ello no solo se consideran las limitaciones, sino que se advierten qué recursos están a  mano y se trabaja sobre ellos. Así, fuimos poniendo en marcha proyectos vinculados con el mejoramiento de la dieta alimentaria, el aprovechamiento de la energía solar y la preservación del medio ambiente y la comunicación a través de una radio FM escolar, en donde los niños y ex alumnos hacen sus programas radiales, transmitiendo su cultura, leyendo noticias de diarios y pasando mensajes con otros miembros de la comunidad y comunidades vecinas.

Para concretar el proyecto de la “Radio escolar” , pedimos la colaboración de personas, empresas y colaboradores de la escuela, poco a poco fuimos comprando los equipos para implementar la radio. “Trabajar  a 3000 metros de altura es gratificante al contar con todas esas herramientas, porque los niños pueden vivenciar y practicar con todas ellas…

El director relata a www.politicayeducacion.com que las extensas superficies no cultivables se verifican en la comunidad de El Rosal. La aridez del suelo más el efecto de los agentes externos del clima, como vientos, temperatura y humedad dificultan el cultivo de hortalizas en una huerta. El resultado es que la población, ha acuñado hábitos alimentarios que no incluyen el consumo de verduras.  

Esto generó un gran desafío para ellos y consideramos la posibilidad de que la escuela pueda enfrentar y encontrar las respuestas para superar el problema, en lo inmediato. En el vivero, con  los alumnos  preparamos la tierra, sembramos, desarrollamos todo el ciclo de la planta hasta cosecharlas para ayudar en el comedor escolar teniendo verduras frescas y orgánicas. Con verdulerías a 100 km, no quedaba otra alternativa que la construcción del invernadero escolar.

Lo logramos y hoy funcionan dos, con donaciones de entidades privadas principalmente y también estatales en la medida que se pudo. Fue una hermosa oportunidad para que los niños aprendan conceptos básicos de alimentación y producción de verduras frescas. Ellos mismos las siembran, cultivan y cosechan, experiencias que se espera sean de aplicación en la vida futura.

Dadas las condiciones climáticas adversas para desarrollar la huerta, solicitamos asesoramiento, ayuda y acompañamiento a la Universidad Nacional de Salta, específicamente en el INENCO, Instituto Nacional de energías no convencionales, Con ellos construimos el primer invernadero por el año 2003 aproximadamente. Actualmente varias familias replicaron la construcción de viveros para verduras que ayudan a reforzar la dieta familiar.

 

Aldo nos cuenta que tuvieron en cuenta otra limitación: la falta de gas y la escasez de leña u otros materiales de combustión como fuente de energía para la cocción de los alimentos y calefacción de ambientes en invierno. Tomaron en cuenta el recurso disponible: la abundante luz solar.

Entonces tuvieron que buscar la forma de aplicarla para encontrar una solución de las necesidades del comedor escolar. “Se buscaron los contactos y los respaldos institucionales que permitieran disponer del conocimiento y la tecnología apropiados para el aprovechamiento de la luz solar” relata el director a Política y Educación.

La experiencia redundó en un enorme aprendizaje para los niños, quienes advirtieron que además del estiércol solidificado y la escasa leña de cardón, es posible mejorar la calidad de vida mediante el uso de un recurso abundante y que tiene la ventaja de no ser contaminante: la energía solar.

Las cocinas Solares surgieron por lo manifestado anteriormente, el escaso combustible y leña que hay en la zona y las dificultades de contar con gas, especialmente hasta hace unos años. La misma Universidad de Salta desarrolló esta tecnología con la ayuda de la escuela logrando un prototipo después de varios ensayos. Mas tarde tuvimos la ayuda del BID, Banco Interamericano de Desarrollo, quienes nos donaron mas cocinas y calefones solares.

Nada los detuvo y hoy la escuela dispone de tres concentradores y dos hornos  solares, que se utilizan en el comedor escolar. Desayuno,  almuerzo y merienda  se preparan diariamente, así como la elaboración del pan que se consume. Luego se incorporaron a la escuela dos calefones solares, que permitieron que los educandos pudieran bañarse todos los días.

También nos menciona que en el año 2014 lograron  la donación de un deshidratador solar que sirve para secar verduras y frutas, para que los alumnos experimenten las distintas formas de aprovechar la energía del sol.

Es fundamental el espíritu de comunión que existe entre los docentes, los niños y la comunidad. Ese lazo facilitó cada conquista, cada logro que los transportó a encontrar una hermosa satisfacción, pero nunca los llevó al conformismo.

www.politicayeducacion.com agradece especialmente a Aldo Román Palacios, Director escuela Nº 4526 “El Rosal”, y a todo el personal y comunidad educativa del “El Rosal”. Gracias por permitirnos compartir a la distancia esta hermosa experiencia!!!

La vida tiene que ver con las narraciones, con contar historias, con construir tramas y relatos. Existe sin duda una relación estrecha entre vivir y narrar (Ricoeur).

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Daniel A. Traverso

Docente y Columnista

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Daniel A. Traverso. Director de Política y Educación